ARPATORO, LA MUERTE DEL PAISAJE

En el 2022 tuvimos la oportunidad de viajar a Quípama, en este recorrido Viere y yo confirmamos intereses mutuos por el territorio y decidimos empezar este proyecto.

En mi infancia, una de mis historias familiares favoritas era aquella en la que mi abuelo y mi tío Dionisio trabajaron en las minas sacando esmeraldas. Yo nunca dejaba de preguntarme por qué no viajábamos a ese lugar tan cerca de mi casa, y lleno de riquezas. Y pues…estaba tácitamente prohibido. El occidente siempre fue “la oveja negra” de Boyacá. Se hablaba sobre la zona, pero solo para contar historias con moraleja y para terminar diciendo: “eso allá es muy caliente, es mejor ni asomarse”. Por su parte, y también en su infancia, a Viere su papá solía contarle historias sobre Muzo. Él, quien venía de Boyacá, le decía que ese lugar era como las películas del viejo oeste, en donde cada uno andaba con su pistola y todos peleaban por su parte del botín. Desde entonces, Viere también sintió un interés por explorar estos lugares y por conocer mejor la región de donde provenían sus raíces.

Nuestro viaje empezó en febrero del 2022. En un principio, solo nos interesó el paisaje: las nubes por debajo del nivel de las montañas en la mañana, la niebla que desaparecía todo lo visible, las cascadas que rompían en dos las carreteras y el bosque. Estas características nos remitieron a la concepción romántica de lo sublime, que podríamos interpretar de la siguiente forma: una emoción y una contradicción inexplicables en el pecho, que nos hacían sentir eufóricos pero al mismo tiempo sumamente melancólicos y nostálgicos.

Después de está experiencia sensible, en libros de historia encontramos el vínculo ancestral de las montañas con los muzos. Y finalmente, cuando miramos más de cerca y logramos adentrarnos en el territorio, la perspectiva cambió. El impacto ambiental generado por el rio negro y la práctica ilegal de la minería, nos estremeció. Al mismo tiempo (y probablemente por la condición propia del contexto político, social e histórico) encontramos un silencio implícito tanto en las personas como en el paisaje, un silencio frente a las huellas del conflicto y el daño ambiental.

Este recorrido de contrastes y emociones encontradas dió como resultado este proyecto. Con el ensayo fotográfico buscamos compartir la experiencia de nuestro viaje a través de este territorio misterioso, relatando la historia de la muerte del paisaje.

@viere__ph

@soffilondo